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En esto del fútbol casi siempre es posible ver la “cara B” de toda acción, jugada, partido o decisión técnica y, cómo no, el movimiento estratégico de la unión de los grandes accionistas del Sevilla FC no iba a ser menos.
El libro, al que alude este humilde artículo, es conocido por ser una representación vivida de un trastorno psiquiátrico que hace que una misma persona tenga dos o más identidades o personalidades con características opuestas entre sí, simulando ser una u otra, y sin poder saber cuál es la verdadera cara a mostrar.
Pues bien, se podrían enumerar las numerosas bondades, ventajas y alicientes sobre el acuerdo alcanzado por quienes representan alrededor del 75% del accionariado del Sevilla FC SAD, y con una proyección temporal de 5 años, que dota de la estabilidad necesaria al proyecto para no ser torpedeado desde dentro, por cuitas internas, para invertir en el equipo de fútbol, y en la apuesta personal del Sr. Castro y su Consejo de administración de ser un referente en cuanto a la modernización, mejora y ampliación de nuestra infraestructuras como la Bombonera de Nervión, con su cubierta e incluso un tercer anillo, y hacer realidad el Campus Empresarial y Deportivo en la Ciudad Deportiva.
Y sigue nuestro particular Dr. Jekyll fijando sólidos pilares donde seguir asentando su gestión al frente del Consejo de Administración del Sevilla FC SAD, con la consecución de un nuevo objetivo vital para su plan, pacificar la vida accionarial del club, mostrando unidad por y para el Sevilla del futuro, (permítaseme un excurso: os suena aquello de SEVILLISTA UNIDOS 2020…,) ; y lograr el acuerdo para «garantizar la estabilidad y gobernabilidad» del club hasta 2024 por parte de las grandes familias accionistas mayoritarias: Castro, Guijarro, Carrión, Del Nido y Alés, para demostrar la fuerza de la unidad accionarial y ahuyentando los miedos y rumores con la propuesta de la catalogación del Estadio Ramón Sánchez Pizjuán y la Ciudad Deportiva como “PATRIMONIO ESENCIAL” de la institución.
Todo ello demostraría que ninguna de estas familias sevillistas tiene intención de vender el club a inversores externos, lo que garantizará una gobernabilidad «con ADN sevillista», y para ello será necesario un cambio en los estatutos. Entre las modificaciones que se van a llevar a cabo estará un cambio sustancial en la remuneración de los miembros del Consejo de Administración, que tendrán una mayor retribución económica para contribuir a la progresiva profesionalización del club, que ha crecido a todos los niveles a un ritmo frenético en los últimos años. Asimismo, una nueva propuesta de distribución del resultado del ejercicio, de manera que el pago de los dividendos también será mayor, pasando de 15 a 44 euros por acción. Casi el triple.
El Dr. Jekyll ha buscado la fórmula para que nadie esté tentado de vender su paquete y crear inestabilidad en estos momentos donde se está invirtiendo con fuerza en el Estadio y la Ciudad Deportiva, y para ello ha logrado reunir los intereses más representativos y sentarse juntos en la misma mesa para “verse las caritas” y tener al “enemigo” cuanto más cerca mejor.
Pero como decíamos al inicio, todos estos movimientos, acuerdos y proyecciones a futuro también pueden verse como una estrategia de Mr. Hyde para recuperar la ingente inversión realizada durante estos últimos años con la masiva compra de acciones a un precio infinitamente superior a su valor -fíjese que hasta ahora se venía repartiendo como dividendos unos 15€ (sujetos a retenciones) y ahora aún casi triplicándose se queda en cifra muy inferior a los más de 1000 € por acción que se ha venido pagando-. El próximo 30 de diciembre el consejo va a presentar un aumento de la cantidad a percibir por cada acción en ese reparto de beneficios (que alcanzan los 2,4 millones), a los que se le añadirán otros dos millones procedentes de una dotación de la reserva de capitalización. Así, ahora los accionistas, tantos los grandes como los pequeños, recibirían 44 euros por acción, casi el triple, hagan sus cuentas… la “supuesta venta de los paquetes mayoritarios” a terceros inversores se quedó paralizada el año pasado… o no…, y los compradores y conseguidores de acciones tenían muchos títulos de acciones encima de la mesa sin retribución o sin que se hubiera conseguido el premio gordo.
Pero no queda la cosa ahí, pues forma parte del GRAN PACTO de los ACCIONISTAS MAYORITARIOS la fijación de un nuevo sistema de retribución de los administradores, de hasta el 1% del total de los ingresos de la entidad haya o no haya beneficios en el ejercicio -eliminando ese requisito existente hasta la fecha-. De esta forma, esas grandes familias de sevillistas accionistas, además de garantizarse esa ansiada paz social, logran también acallar bocas, evitar disidencias internas y piedras en el camino con unas retribuciones por el mero hecho de ser consejero de la entidad; y no podemos obviar que desde la última modificación del Consejo de Administración del Sevilla FC SAD, éste se convirtió en un consejo patrimonialista, en reflejo de sus porcentajes de acciones -salvo la sevillanísima entidad de SU 2020 SL-, como una forma más de ostentar y demostrar el poder dentro de la entidad.
Además de tener “x” números de acciones, al día de hoy se desconocen las funciones desarrolladas o a desarrollar por gran parte de los consejeros de la entidad, que a partir de ahora cobrarán sí o sí … como diría aquél. No podemos obviar que la gestión del actual barco sevillista requiere de una profesionalización máxima y sus dirigentes pueden ser reconocidos como altos ejecutivos, ¿por su plena dedicación? y la responsabilidad que tienen en sus cargos, pero aún desconocemos los méritos para su elección como consejeros de muchos de ellos, y su aportación o valor añadido a la buena marcha de la institución en sus diferentes áreas de gestión; será cuestión de esperar a la Junta General de Accionistas donde se nos puedan disipar esas dudas…o no.
Este pacto y el consiguiente aumento en los emolumentos a percibir por las familias con grandes paquetes accionariales evita en cierta medida la tentación de sucumbir al dinero extranjero vía venta al recibir por sus porcentajes accionariales y su aumento de retribuciones como consejeros, ya que algunos pasan de no cobrar nada (salvo dividendos) a garantizarse una parte de ese uno por ciento de los ingresos de la entidad.
Como casi todo en el fútbol, el tiempo pondrá a cada uno en su sitio…, pero según se cuenta en la novela El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, en todos nosotros siempre están el bien y el mal juntos, símbolos de la misma moneda (¿qué representativo verdad?) con dos caras.
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