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SEBASTIÁN POLO 10/12/2019

El «gran pacto» de Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Sevillista de cuna, Abonado y Accionistas del Sevilla FC -Fiel de Nervión-. Abogado trabajando en el presente mirando hacia el futuro !!!. Asesor Jurídico de la Federación de Peñas “San Fernando”. Yo de mayor quiero ser Niño!!!
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En esto del fútbol casi siempre es posible ver la “cara B” de toda acción, jugada, partido o decisión técnica y, cómo no, el movimiento estratégico de la unión de los grandes accionistas del Sevilla FC no iba a ser menos.

El libro, al que alude este humilde artículo, es conocido por ser una representación vivida de un trastorno psiquiátrico que hace que una misma persona tenga dos o más identidades o personalidades con características opuestas entre sí, simulando ser una u otra, y sin poder saber cuál es la verdadera cara a mostrar.

Pues bien, se podrían enumerar las numerosas bondades, ventajas y alicientes sobre el acuerdo alcanzado por quienes representan alrededor del 75% del accionariado del Sevilla FC SAD, y con una proyección temporal de 5 años, que dota de la estabilidad necesaria al proyecto para no ser torpedeado desde dentro, por cuitas internas, para invertir en el equipo de fútbol, y en la apuesta personal del Sr. Castro y su Consejo de administración de ser un referente en cuanto a la modernización, mejora y ampliación de nuestra infraestructuras como la Bombonera de Nervión, con su cubierta e incluso un tercer anillo, y hacer realidad el Campus Empresarial y Deportivo en la Ciudad Deportiva.

Y sigue nuestro particular Dr. Jekyll fijando sólidos pilares donde seguir asentando su gestión al frente del Consejo de Administración del Sevilla FC SAD, con la consecución de un nuevo objetivo vital para su plan, pacificar la vida accionarial del club, mostrando unidad por y para el Sevilla del futuro, (permítaseme un excurso: os suena aquello de SEVILLISTA UNIDOS 2020…,) ; y lograr el acuerdo para «garantizar la estabilidad y gobernabilidad» del club hasta 2024 por parte de las grandes familias accionistas mayoritarias: Castro, Guijarro, Carrión, Del Nido y Alés, para demostrar la fuerza de la unidad accionarial y ahuyentando los miedos y rumores con la propuesta de la catalogación del Estadio Ramón Sánchez Pizjuán y la Ciudad Deportiva como “PATRIMONIO ESENCIAL” de la institución.

Todo ello demostraría que ninguna de estas familias sevillistas tiene intención de vender el club a inversores externos, lo que garantizará una gobernabilidad «con ADN sevillista», y para ello será necesario un cambio en los estatutos. Entre las modificaciones que se van a llevar a cabo estará un cambio sustancial en la remuneración de los miembros del Consejo de Administración, que tendrán una mayor retribución económica para contribuir a la progresiva profesionalización del club, que ha crecido a todos los niveles a un ritmo frenético en los últimos años. Asimismo, una nueva propuesta de distribución del resultado del ejercicio, de manera que el pago de los dividendos también será mayor, pasando de 15 a 44 euros por acción. Casi el triple.

El Dr. Jekyll ha buscado la fórmula para que nadie esté tentado de vender su paquete y crear inestabilidad en estos momentos donde se está invirtiendo con fuerza en el Estadio y la Ciudad Deportiva, y para ello ha logrado reunir los intereses más representativos y sentarse juntos en la misma mesa para “verse las caritas” y tener al “enemigo” cuanto más cerca mejor.

Pero como decíamos al inicio, todos estos movimientos, acuerdos y proyecciones a futuro también pueden verse como una estrategia de Mr. Hyde para recuperar la ingente inversión realizada durante estos últimos años con la masiva compra de acciones a un precio infinitamente superior a su valor -fíjese que hasta ahora se venía repartiendo como dividendos unos 15€ (sujetos a retenciones) y ahora aún casi triplicándose se queda en cifra muy inferior a los más de 1000 € por acción que se ha venido pagando-. El próximo 30 de diciembre el consejo va a presentar un aumento de la cantidad a percibir por cada acción en ese reparto de beneficios (que alcanzan los 2,4 millones), a los que se le añadirán otros dos millones procedentes de una dotación de la reserva de capitalización. Así, ahora los accionistas, tantos los grandes como los pequeños, recibirían 44 euros por acción, casi el triple, hagan sus cuentas… la “supuesta venta de los paquetes mayoritarios” a terceros inversores se quedó paralizada el año pasado… o no…, y los compradores y conseguidores de acciones tenían muchos títulos de acciones encima de la mesa sin retribución o sin que se hubiera conseguido el premio gordo.

Pero no queda la cosa ahí, pues forma parte del GRAN PACTO de los ACCIONISTAS MAYORITARIOS la fijación de un nuevo sistema de retribución de los administradores, de hasta el 1% del total de los ingresos de la entidad haya o no haya beneficios en el ejercicio -eliminando ese requisito existente hasta la fecha-. De esta forma, esas grandes familias de sevillistas accionistas, además de garantizarse esa ansiada paz social, logran también acallar bocas, evitar disidencias internas y piedras en el camino con unas retribuciones por el mero hecho de ser consejero de la entidad; y no podemos obviar que desde la última modificación del Consejo de Administración del Sevilla FC SAD, éste se convirtió en un consejo patrimonialista, en reflejo de sus porcentajes de acciones -salvo la sevillanísima entidad de SU 2020 SL-, como una forma más de ostentar y demostrar el poder dentro de la entidad.

Además de tener “x” números de acciones, al día de hoy se desconocen las funciones desarrolladas o a desarrollar por gran parte de los consejeros de la entidad, que a partir de ahora cobrarán sí o sí … como diría aquél. No podemos obviar que la gestión del actual barco sevillista requiere de una profesionalización máxima y sus dirigentes pueden ser reconocidos como altos ejecutivos, ¿por su plena dedicación? y la responsabilidad que tienen en sus cargos, pero aún desconocemos los méritos para su elección como consejeros de muchos de ellos, y su aportación o valor añadido a la buena marcha de la institución en sus diferentes áreas de gestión; será cuestión de esperar a la Junta General de Accionistas donde se nos puedan disipar esas dudas…o no.

Este pacto y el consiguiente aumento en los emolumentos a percibir por las familias con grandes paquetes accionariales evita en cierta medida la tentación de sucumbir al dinero extranjero vía venta al recibir por sus porcentajes accionariales y su aumento de retribuciones como consejeros, ya que algunos pasan de no cobrar nada (salvo dividendos) a garantizarse una parte de ese uno por ciento de los ingresos de la entidad.

Como casi todo en el fútbol, el tiempo pondrá a cada uno en su sitio…, pero según se cuenta en la novela El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, en todos nosotros siempre están el bien y el mal juntos, símbolos de la misma moneda (¿qué representativo verdad?) con dos caras.

RAFAEL CÁCERES 01/12/2019

Tan grande no es el pacto

Sevillano desde el 55. Acabé Filosofía y Letras, carrera de 5 años en 5 años, cuando todavía no había Constitución. Jubilata en activo (llevo una jubilación atípica). Sevillista abonado, a veces muy ‘jartible’. Fundador de 2 Peñas. Hijo de padre bético (muy buena persona) y padre de hijo sevillista: Darwin diría que vamos mejorando la especie.
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Hay una frase, atribuida a Winston Churchill, que afirma que “la política hace extraños compañeros de cama”. La realidad es que esta afirmación no se circunscribe a la tan denostada política, sino que puede aplicarse a muchos ámbitos de la vida.

Así, por ejemplo, en el mundillo de la abogacía se habla de que “más vale un mal acuerdo que un buen pleito”.

¿Qué quiere esto decir? Que, en los supuestos en los que se dé la conjunción de intereses, es muy posible que se hagan “extraños compañeros de cama” (pueden hasta odiarse), siempre que confluyan hacia un interés común. Entonces, y sólo entonces, alcanzarán un acuerdo, una tregua o… un “Gran Pacto”.

¿Hubo el año pasado venta frustrada del SevillaFC? No lo podemos confirmar (tampoco desmentir). Lo que sí hubo fue una compra desaforada de acciones por parte de los grandes accionistas, hasta llegar a la extenuación. Del Nido no quiso o no pudo seguir comprando, mientras Castro y su grupo, tuvieron que recurrir a Sevillistas Unidos 2020, esa Sociedad opaca registrada en Delaware, para que comprara también. A cambio de esa alianza le permitieron a final de año ocupar un puesto en el Consejo.

Fue mucho el dinero gastado. A cambio de qué no lo sabemos, pero sí es evidente que había que recuperarse de arcas tan vaciadas.

Este año se convocó Junta General para el día 20 de diciembre, iban a repartir 15€ por acción. Ahí, entre propios y rivales, ha tenido que haber fuerte desacuerdo, por no decir bronca gorda entre ellos.

¿La no venta no da los beneficios que esperaban? No lo sabemos.

Lo que sí es cierto es que Del Nido no iba a aprobar las cuentas, mientras que SSUU 2020 no se ha pronunciado.

Solución: el “Gran Pacto”. Los temas de dineros se arreglan con dinero. Se retrasa la Junta General diez días, se aumenta a 44€, casi el triple, el reparto por acción y aquí paz y después gloria.

Todos los miembros del Consejo van a cobrar, (remuneración ya desligada de los beneficios) y todos los accionistas también. En eso consiste el “Gran Pacto”. Los tres miembros en el consejo representando las acciones de Del Nido cobrarán lo que hayan pactado y las acciones a 44€ supone para todos los grandes accionistas una pasta gansa: el triple de lo que le iban a percibir, que es una forma de ir recuperando la inversión.

Y como queda claro que, de momento no van a vender, hacen el gesto de blindaje del patrimonio inmobiliario. Gesto de cara a la galería, sin poner unas condiciones tan difíciles, que quedaran atados de pies y manos, y costara trabajo vender en el futuro.

Mientras hubo el interés común de derrotar a Hitler, rusos y americanos se entendieron. Desaparecido el alemán, volvieron a la gresca. Chinos nacionalistas y comunistas se unieron contra la invasión japonesa. Abortada la invasión, con los ‘japos’ regresados a sus islas, los chinos continuaron su propia gresca.

En ambos casos su “Gran Pacto” finalizó en gresca.

Creo que se me entiende.

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