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Quienes sigan mis escritos ya sabrán que no soy objetivo cuando de enjuiciar aspectos del SFC se trata, así que sobre todo, si hay alguien de este foro que de alguna forma simpatice con el Real Madrid CF, humildemente le sugiero que se abstenga de seguir leyendo este modesto artículo.
“Madriditis”, es lo que suelen espetar los “merengones” a los aficionados de sus más conspicuos rivales deportivos cuando sus adversarios se quejan de algún arbitraje. Curiosamente, nunca nos han etiquetado a los sevillistas de padecer tal dolencia, cuando pienso que es en el colectivo que más se produce. Es posible que desde ahora comiencen a hacerlo ya que el pueblo sevillista es de los que más animadversión tiene al club de Concha Espina y ya no somos el equipo de provincias que éramos, según su visión de las cosas, hasta hace 16 años.
Es una “enfermedad” con variantes y mutaciones, e incurable. En la propia Madrid se sufre en la versión derivada de su duelo urbano de eternos rivales, la “matritensis athletice”. También están aquejados de ella quienes profesan la fe “blaugrana culé”, (el 50% de los aficionados de butacón y de barra de bar de España) con el agravante de sufrirla en una de sus formas más agresiva (“madriditis agut”) en Cataluña. Es inexplicable que en tales aficiones se produzcan con tanta virulencia cuando sus correspondientes clubs esparcen también muy a menudo los mismos gérmenes patógenos que generan la “madriditis”.
A éste mal están predispuestos los descendientes de quienes ya la contrajeron, pero no es una dolencia genética sino adquirida. No se nace con ella, se va gestando viendo nuestro fútbol y el virus, bacteria o microbio que la provoca se fortalece al comprobar los abusos, arbitrariedades y prepotencia del RMCF a lo largo de la historia.
Me confieso padecer “madriditis acuti (aguda) hispalensis” desde hace décadas. Era de los que en los sesenta creía que el RMCF era el representante español en Europa. El tiempo y el superior cariño por mi Sevilla me hicieron mutar mi opinión a costa quedar aquejado para siempre de “madriditis acuti hispalensis incurabilis”, desde mucho antes de que López Cuadrado validara el gol de Breitner. Los síntomas son claros: protestar cuando se es objeto de alguna arbitrariedad (especialmente en el Bernabéu), enojarse más de lo debido cuando se sufre una derrota frente a los de Chamartín, sentirse molestos por la patrimonialización del sentimiento español y en su versión más rancia, o criticarles que el título de Liga no es su monopolio . Tales síntomas derivan en una fiebre consistente en mostrar indiferencia, cuando no alegría, si el RMCF no consigue cualquiera de sus objetivos. La dolencia se manifiesta siempre, todo el año, pero los ataques más virulentos evidentemente son cuando hay un enfrentamiento contra ellos y ocurre el “mangazo” habitual.
Los abscesos graves de la enfermedad no se producen tanto por los lances polémicos que pueda haber en el juego, por muy reiterados que sean temporada tras temporada, como por el entorno mediático de los capitalinos. Ayer, recién terminado el choque, la reportera de turno que ya otras veces ha hecho las mismas impertinentes preguntas inquiría a Ramón Rodríguez Verdejo a pié de campo : “Os váis muy enfadados ¿no? Con el buen partido que habéis hecho”.
Si alguien no ve la carga de profundidad que hay en tales cuestiones, en caliente aún, es que está ciego y sordo. ¿Cómo no se va a estar enfadado cuándo se escapa un partido en el minuto 87, habiendo realizado un juego mínimo para empatar? ¿Cómo no se va a estar enfadado cuando el partido se ha decantado por lances inverosímiles como el fallo en el bloqueo de Bono? ¿Cómo no se va a estar enfadado tras la oportunidad de Delaney al final? Y… ¿Cómo no se va a estar enfadado si el dúo arbitral no aprecia nada en la entrada de Alaba a Ocampos dentro del área?
¿Qué buscaba la reportera? ¿Un titular? ¡Pues ya lo tiene! ¿Calificar al SFC por sus quejas como la de un club con cara de perdedor? Pues vale. Las elocuentes y certeras respuestas de “Monchi” como hace dos ejercicios, más por el escenario donde lo dice que por lo que dice, sirven a todos los plumillas y medios que vivaquean en torno al RMCF para aparentemente engordar su ego y el del club de sus simpatías y catalogar al SFC como el clásico perdedor, pero también a sentirse ofendidos por la verdad de sus palabras.
Sin duda se pueden hacer otros análisis del partido de ayer igualmente válidos: la falta de puntería de nuestros delanteros, el fallo de Bono, el escaso acierto de los cambios efectuados por Lopetegui que posiblemente obligaron al equipo a recular, etc… pero hoy toca poner el foco en el lance no visto ni por Sánchez Martínez ni por De Burgos Bengoechea porque es lo lógico en un choque igualado en el césped. Y cuando la historia se repite año tras año, pues aflora la “madriditis” ¿cómo se puede pensar que hay una “mano blanca” que favorece al RMCF y contribuye a que casi monopolice el título de Liga? Es uno de sus síntomas más habituales, y parece que una de las preguntas de la reportera en su diálogo con “Monchi” iba encaminada a demostrar tal hecho.
No creo que la susodicha sea inconsciente de la falta de respeto al SFC cuando pregunta: “con el buen partido que habéis hecho…”. No somos el equipo pequeño que se encierra y pierde en el último minuto, aunque lo parezca. Esa mezcla de paternalismo y condescendencia, corriente entre los de la Villa y Corte, sumergidos en su burbuja y creyendo siempre que su visión de las cosas es la de toda España, es muy irritante. Es como más se jode, y permítanme la expresión.
Pues nada madridistas, crucificad a Ramón Rodríguez una vez más, como en Enero de 2020, aquí estamos, seguimos vivos. Ningún valor damos a vuestros éxitos nacionales y continentales pues están cimentados en el privilegio y la suerte de radicar en la capital de la nación y de haber estado hace 67 años en el sitio adecuado y momento oportuno. El SFC no se beneficia, purga más bien, del residir y llevar el nombre de la capital de Andalucía, no hay comparación posible. Aquí seguimos y seguiremos, nos venceréis mil veces, mas no nos convenceréis, y año tras año, temporada tras temporada, vayamos como vayamos, estaréis pendientes de la publicación del calendario y marcaréis en rojo la fecha en la que os toque el SFC.
¡Viva el Sevilla FC hasta la muerte!.
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