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Nuestro Sevilla nos necesita una vez más; a su afición, a sus leales e imbatibles guardianes de Nervión que lo defienden y protegen siempre.
Ya sucedió hace 25 años, cuando en 1995, estuvo a punto de desaparecer por estar obligado a jugar en 2ª B, a causa de una decisión política. Después de otras movilizaciones históricas, en la Junta General de Accionistas de 2018, cuando unos indeseables ajenos al sevillismo pretendían apropiarse del club para hacer negocio, las intervenciones de los sevillistas y la movilización masiva cambiaron el rumbo de una venta casi hecha. En todos esos momentos, este invencible ejército se unió y ganó al enemigo defendiendo a su Sevilla.
Ahora vivimos un momento de incertidumbre vital para el futuro del Sevilla FC, porque los grandes grupos de accionistas mayoritarios se están enfrentando para asegurarse el control de nuestro Sevilla.
El sevillismo no debe permitirse apatía e inmovilismo, mirándose en el espejo del Valencia CF o Málaga CF. El sevillismo de base unido y fuerte va a ser decisivo para el futuro del club, si aquel se uniera, ningún mayoritario podría controlar el club. En porcentajes, el sevillismo de base tiene un 25-30% del capital, el mayor paquete de acciones de la sociedad anónima deportiva.
El alma del Sevilla, su bandera, su escudo, sus himnos, sus colores … solo le pertenecen a su afición, por mucho que unas malditas leyes expropiadoras de 1992 dijeran otra cosa y por mucho que unos cuantos se crean que son dueños de todo eso. Ellos son dueños solo de sus acciones, que son dinero, pero el alma del Sevilla es de su afición ¿alguien duda de que sea así?
El alma sevillista nació en 1890, y puntada a puntada, hilo a hilo, ha sido tejida por nuestros antepasados, se ha ido transmitiendo de generación a generación, con todos los esfuerzos y aportaciones generosas, con el encargo de conservarla para generaciones venideras.
Por eso, esta inigualable afición, única de España que se está agrupando, tiene que unirse aún más para diseñar el futuro de su Sevilla.
Llega el momento de decidir nuestro destino. Cuando los pleitos judiciales entre los mayoritarios terminen, debemos decidir si todo debe continuar igual, si se pondrán condiciones a los que ahora mandan para que cambien y mejoren cosas dentro de la entidad, si se va a permitir que inversores extraños al sentimiento sevillista hagan negocio con el patrimonio creado por nuestros padres y abuelos…
No hay excusas para construir la gran unión del sevillismo. Si agrupas y te unes a otros muchos compañeros, no pierdes nada, conservas todos los derechos de tus acciones. Unirte es muy sencillo, puedes hacerlo en minutos, desde casa. No cuesta dinero ni agrupar ni luego, permanecer agrupado.
¿Cuál es el inconveniente entonces? ¿La pereza, la comodidad, el pensar que mi acción es mía y no se la comparto con quienes pueden decidir en el seno del Sevilla FC SAD? No hay razón que impida unirte a tus hermanos de sangre rojiblanca.
Si no lo haces, mañana será tarde. Cuando haya un propietario único y extraño a nuestro sentimiento sevillista no valdrá ninguna justificación por no haber participado agrupando.
Dejar tu acción en el cajón no te reporta nada y dejará de tener poder real, su valor caerá en favor de los accionistas mayoritarios permitiendo que otros hagan y deshagan a su antojo. Piensa que se lo debes a tu padre, a tu abuelo, a todas las generaciones de sevillistas.
No dejes de recordar ese eterno encargo: conservar tu Sevilla para que las generaciones venideras lo disfruten como tú lo has gozado.
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