Miguel Canales

Miguel Canales, Ingeniero Industrial dedicado a la docencia. Colaborador de la radio oficial del Sevilla FC durante varios años. “El fútbol es un juego de estrategia donde la misma la marcan los jugadores de los que dispones. Amante de cualquier fútbol bien jugado. “

No todos los productos son universales. Esto es, no se valoran, utilizan y venden en todos los mercados. Esto ocurre por las circunstancias especiales de cada región, por la idiosincrasia de sus habitantes, por no tener funcionalidad en determinadas zonas o por simplemente gustos. Esto no tiene que significar que sean malos productos, solo que no encajan en determinados mercados. En algunos casos esta situación es más que evidente por no tener funcionalidad en ese contexto, mientras que en otros casos es bastante cultural el que los nichos de mercado estén muy cerrados y no haya mucha posibilidad de que otros productos entren en la disputa mercantil.
Los futbolistas nórdicos, por lo general, en el fútbol español no representan un mercado importante. Aquí se nota bastante la diferencia entre la manera de entender el fútbol del norte y el sur de Europa, sobre todo en lo concerniente a lo técnico. Sin embargo son tremendamente valorados en el mercado inglés o centro europeo por sus características y las del juego de esto países.
España es el paradigma del juego al pie, la posesión y la valoración del futbolista técnico. Ha pasado de ser la furia roja a convertirse en el embajador del tiki-taka. En su contraposición el jugador nórdico es más funcional, metódico y aplicado y su fútbol más “mecanizado”. Esto es una generalización porque también salen genios en el norte de Europa y máquinas de ensamblaje táctico en el fútbol nacional. Pero que se puede refrendar preguntando al aficionado medio que siguió la Eurocopa que te diga jugadores suecos. Recordaran mayoritariamente a Isak y a Forsberg por ser los distintos mientras que el resto les parecerán engranajes de una cadena de montaje que cumplen su función y no les habrán llamado la atención.
Uno ya peina canas y en nuestra generación Suecia´94 es una selección que recordamos. Pero de la que recordamos a sus atacantes, Dhalin, Brolin o Keneth Anderson-además del rastafari Henrik Larsson- mientras que los Schwarz, Nillson, Ingesson, Blomqvist , Thern o Björklund están perdidos en el inconsciente colectivo pese a haber jugado alguno de ellos alguna temporada en España, con rendimiento mediocre también es cierto, o acumular más de 60 partidos internacionales en muchos de los casos. Igualmente esto es trasladable a la selección sueca actual pese a haber sido rival de España en las clasificatorias, en la misma Eurocopa y ser una habitual en todas las competiciones internacionales de selecciones.
Ludwin Augustinsson pasa por ser un perfil de jugador como el que estamos comentando y que, de no ser por un club como el Sevilla que valora las características del futbolista y las necesidades que quiere que cumpla por encima del prototipo de jugador que es, no hubiera jugado en la Liga Española nunca. No porque su nivel no sea adecuado, sino porque no es un perfil de jugador que llame la atención en el mercado de nuestro fútbol. Y eso que su relación rendimiento/precio está bien balanceada y que tiene características con las que podría ser titular en bastantes equipos de nuestro campeonato. Pero el jugador nórdico funcional no es un nicho de mercado de nuestro balompié.
Ludwing no es un lateral de marcado carácter defensivo pese a que jugaba en un equipo con un modelo de juego bastante diferente al del Sevilla, mucho más pasivo y defensivo, y la selección sueca no pase por ser de las más propositivas en las competiciones de máximo nivel. Así que el paso a Nervión le puede venir bien para su estilo de juego. Podríamos decir de él que es un lateral amplio y profundo que en Bremen llega más que está mientras que en Suecia está más que llega. En esta Eurocopa era utilizado como chincheta clavada muy arriba cual extremo de amplitud en contraposición de Lustig, el lateral derecho, que actuaba como tercer central en posesión de balón de los suecos.
Lo más llamativo en él podría ser el golpeo de balón, siendo incluso lanzador de balón parado en muchas ocasiones, en el Bremen. De ahí que se pueda destacar de él en el apartado técnico la calidad en los centros sobre cualquier otro aspecto. Amplitud, profundidad y calidad en los centros. Así podríamos definir a Augustisson desde el punto de vista ofensivo.
Porque el sueco no es un jugador que llame la atención por su punta de velocidad, que no la tiene, ni por ser un jugador de desborde en el regate. Quizás tener un motor diésel influya en ese sentido, en el que no destaque especialmente en dejar rivales atrás en conducción si mucho más por ser capaz de jugar muy alto y de proporcionar buenos envíos al área.
Un aspecto importante en su adaptación es el cambio de modelo de juego que va a sufrir desde el Werder Bremen o la selección al Sevilla. Ludwing viene de equipos con un modelo defensivo mucho más pasivo que el que desarrolla Lopetegui. Tanto el Werder como la selección sueca repliegan más y presionan mucho menos alto que el cuadro andaluz. Su defensa es más flotante y pasiva, de menos búsqueda del robo mediante entradas y de defensa agresiva hacia adelante. Ahí Augustinsson debe cambiar el chip y adaptarse a ser menos reactivo defensivamente.
No todo es “negativo” desde el punto defensivo en Ludwing. El lateral sueco tiene un buen comportamiento táctico-como hablábamos arrancando este artículo de las piezas del engranaje-, mide bien para no ser desbordado, se maneja de manera totalmente adecuada en el manejo de la línea defensiva-sabiendo cuando salir y cuando no- y cierra bastante bien los centros laterales sin ser un excelso dominador del juego aéreo. No es un lateral que queda fotografiado, sabe sus limitaciones en la velocidad y defiende muy bien por posicionamiento.
Pero en Sevilla, como comentábamos antes, se le va a pedir que sume agresividad en la presión e intensidad defensiva en el 1 vs 1 porque el modelo de juego es lo que demanda, igual que velocidad en el retorno defensivo que veremos si la tiene-aquí mi duda principal con él-.
Para todos parece evidente que Augustinsson viene a cumplir un rol de jugador de rotación, que sume minutos desde la segunda unidad y que no vaya a ser referencial en el equipo ni en el modelo de juego. Si es cierto que si recupera su nivel de Copenhague, donde coincidió con con el deseado Thomas Delaney-, y ese debe ser tanto su objetivo personal y el del Sevilla, podría apretar las cuerdas a un Acuña que se siente titularísimo. Viene a aportar ser un lateral específico en la rotación con el “Huevo” sobre Rekik. Y en contextos de un Sevilla volcado en campo rival, esa amplitud y profundidad y la calidad en sus centros puede ser bastante aprovechada.
En resumen, Ludwig Augustinsson es un típico jugador sueco de nivel que gusta más a propios que a extraños – y que se valora al nivel que merece cuando se le ve de manera continua con un rendimiento sostenido, mas entendedor del juego y funcional que llamativo desde lo técnico.
Si parece que el Sevilla está virando su mercado de fichajes para los jugadores de la unidad B hacia el mercado alemán en contraposición del francés, por ejemplo. Si antes llegaban Kolodziejczas o Dabos, ahora se firman Rekiks o Ausgustinssons. Sirvan estos ejemplos para contextualizar la llegada de Ludwing y no tanto su nivel o características que poco tienen que ver con los franceses o el holandés.
Así que los que intentamos encontrar mercado para el Sevilla vamos a tener que mirar más en profundidad la Bundesliga que la Ligue 1.

Deja un comentario

© 2023 ColumnasBlancas.es · Todos los derechos reservados