Sevillana del 64. Periodista. He trabajado en prensa, radio y televisión y
he tocado todos los palos (incluido el deportivo). En la actualidad trabajo en Canal
Sur Radio. Accionista y socia del Sevilla F.C. desde hace más de cuatro décadas.
Aprendiz de todo y maestra de nada, intento poner en marcha la web de viajes
www.giraelmundogira.com , colaboro también en www.mujeresvalientes.es y desde
hace algunos años tengo una compañera de viajes llamada ‘Miastenia Gravis’
No hay más ciego que el que no quiere ver… El equipo está roto y lleva así desde mediados de la temporada pasada y desde entonces vamos en caída libre y sin frenos. No sé si el problema es de los dirigentes, de la dirección deportiva, del entrenador, de los jugadores… O tal vez de todos. Y, o a esto se le da un cambio radical, o va a ser una temporada muy, pero que muy dura.
Sí, sé que hemos tenido muchísimas lesiones, demasiadas (algo que, por cierto, tampoco es normal), pero si no hubiera sido por los puntos de ventaja que sacamos a nuestros rivales en la primera vuelta, no hubiéramos conseguido el objetivo de clasificarnos para la Champions. Eso no debe hacernos olvidar el ridículo que hicimos en las competiciones europeas y en la Copa del Rey. No tapemos el sol con un dedo.
No soy técnica ni analista y reconozco que cada vez entiendo menos de fútbol, pero sí entiendo de sevillismo y de sentimientos y como, creo que ya he comentado en alguna ocasión, el fútbol, como la vida misma son estados de ánimos y en estos momentos el sentimiento generalizado en el Sevilla FC es el de tristeza… Tristeza por las guerras accionariales, tristeza, por la planificación de la temporada, tristeza entre la afición…
Y entre toda esta tristeza, la que más me preocupa es la que parece que se ha instalado en nuestros futbolistas. Una imagen vale más que mil palabras y, aunque después se quiera hacer chanzas para negar lo evidente, las caras de nuestros futbolistas son todo un poema. La cara es el espejo del alma y, si echamos un vistazo a la videoteca, por ejemplo, a los ‘desde dentro’, podemos observar cómo salen los jugadores al campo desde hace varios meses… tensos, sin una sonrisa en la cara, como si en vez de a la hierba de un campo de fútbol salieran a la arena del circo romano, a la espera de ser devorados por los leones.
¿De dónde viene esa tristeza?. ¿Esa aparente apatía?. ¿Por qué no están a gusto?… No tengo ni idea ni me corresponde a mí averiguarlo, doctores tiene la Iglesia y ya están tardado mucho en dar con las respuestas. No hay nada peor que la incertidumbre y solo teniendo un diagnóstico podemos asumir la enfermedad, a partir de ahí podremos comenzar a poner la solución y cambiar el duro… Cambiar la tristeza por la alegría, las derrotas por las victorias, pues como dice Bilardo: “ganar no es lo más importante, es lo único”.
Sí, la temporada va a ser dura, no solo por lo que pase en los terrenos de juego, también por lo que pasa y lo que no debe de pasar en los despachos, pero lo que no debemos caer es en la trampa de las discordias entre nosotros, entre los aficionados. Ya está bien de decir si se es más sevillista o menos sevillista si se opina de una forma o de otra. No somos nadie para dar lecciones de sevillismo. Sevillista es el que ama a sus colores, a su bandera, a su escudo, más allá de las filias y las fobias con tal jugador, tal entrenador o tal presidente.
Dejemos opinar libremente y, repito, no caigamos en la trampa, pues ya sabemos eso de “divide y vencerás”, algo que solo beneficia a los que quieren obtener el poder a costa de lo que sea. Nuestra labor no es esa, es estar con los nuestros. A lo largo de la semana podemos hacer y decir lo que nos dé la gana, faltaría más, pero mientras que los de colorao estén en el campo, que no les falte nuestro aliento. Los guardianes de Nervión, tenemos en nuestras manos una importante herramienta, que no es otra que poner nuestro granito de arena para que la sonrisa vuelva a la cara de todos.
Cuando llegue la Asamblea General de Accionistas y cuando llegue el final de temporada, pediremos cuentas a unos y otros. Mientras tanto, lo dicho, a lo nuestro, a ayudar a despedir a la tristeza y que pronto vuelva a sonar eso de… “fuera las penas, viva la alegría, porque esta noche ha ganao mi Sevilla…”