Ríos de tinta están corriendo estos días en la prensa capitalina sobre la actitud de Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, con su proceder en Almería tras un partido para olvidar.
Atados en corto desde la Avenida de Concha Espina, periodistas de lo que algunos han dado en conocer como “La Central Lechera”, (en Barcelona no se quedan muy atrás) cargan nuevamente contra nuestro director general deportivo por acercarse a la afición, darle las explicaciones pertinentes sobre lo ocurrido, pedir disculpas, arengarles y asegurarles que todo tendrá el rumbo adecuado. Como siempre.
Diríamos que no le conocen, pero no, le conocen perfectamente. Saben que es el motor del gran Sevilla FC de las últimas décadas, hilo conductor bajo el mando de distintos presidentes, desde Roberto Alés, José María del Nido y nuestro actual mandatario, José Castro, que comprendieron y ejecutaron a la perfección un modelo de club prácticamente único en el mundo.
El León ha sido y es pieza clave en la historia sevillista, es necesario recordarlo a los más jóvenes, es el punto de inflexión sobre el que se consiguió defenestrar a un club blanquirrojo mediocre, más centrado en los localismos, que aspiraba a no descender y que lo llevó a la gloria de los títulos para gozo del sevillismo. Un club moderno, fuerte, con presencia en Europa, con prestigio… eso es el Sevilla FC actual.
En Madrid quieren un club sevillista folclórico, de los tópicos, que les dé titulares de andaluces graciosos, que vague sin rumbo, en puestos de mitad de la tabla temiendo que sus perseguidores les adelanten para no descender, sirviendo a precio de saldo como cantera de Madrid y Barcelona. No decimos tonterías, esto ocurrió así durante muchos años.
Por el contrario, ven a un club que comienza a pisarles los talones, esperando un tropiezo para encontrar su oportunidad, atreviéndose a cuestionar su hegemonía, algo que poco a poco, año tras año, ven venir de lejos y es algo contra lo que deciden cargar tintas e intentar destruir. El Sevilla FC supone una amenaza para el sistema establecido de dos clubes que usan técnicas oscuras, con un tercero en discordia recogiendo las migajas que justifique que no es cosa de dos.
El club sevillista no entraba en sus planes como club que se establece y consolida entre los cuatros primeros y al acecho. No pueden permitirlo y harán lo indecible por impedirlo.
Malditos imbéciles.
El sevillismo se crece ante la adversidad, esto es algo inculcado en el ADN desde el presidente hasta el último de sus aficionados, pasando por el utillero, así lo demostramos en infinidad de veces a lo largo de la historia, porque, contra lo que algunos pueden llegar a pensar, esto no es nuevo, ocurrió siempre, desde que el fútbol se organizó en España con cientos de ejemplos que darían para un libro y de los gordos. Somos la piedra en el zapato que les duele, que les molesta, de la que se quejan y no se la pueden sacar.
El máximo responsable de los triunfos es el presidente del Sevilla FC, todo ocurre durante su mandato y su director general deportivo tiene la venia, en una de esas leyes no escritas -porque no se pueden escribir- para acercarse a la afición y entrar en comunión con ella y eso es algo que nunca podrán entender en ese lugar de la meseta -ni en algunos lugares cercanos- y lo usarán como arma arrojadiza. Así lo ha hecho siempre en las duras y en las maduras.
La unión es importante ante un trabajo más que contrastado y establecido, sabiendo que no somos muy de adorar a personajes endiosados como en otros lares, pero sí tenemos muy claro quiénes son los nuestros, especialmente los que han trabajado y trabajan para llevarnos nuevamente a la gloria, hacer lo contrario sería darse un tiro en el pie.
Ser aficionado del Sevilla Fútbol Club, significa DEFENDER al Sevilla Fútbol Club.
Grábese usted a fuego esto en su mente. No tiene otro sentido por más que lo busquemos. Con las nuevas tecnologías y en Redes Sociales, todos somos responsables también de la imagen de nuestro club, que tiene los mecanismos para hacer rendir cuentas en tiempo y forma, realizar todos los cambios necesarios si proceden, pero hay que DEFENDER al Sevilla FC siempre. Sea usted crítico, faltaría más, no todos los sevillistas tenemos la misma concepción de cómo debe funcionar nuestro club, pero sabiendo que el triunfo del Sevilla sólo tiene dirección única: la unión del sevillismo y el apoyo a un trabajo de dirección deportiva, como decía anteriormente, más que contrastado.
Aviso a navegantes:
El Sevilla FC es actualmente, en este minuto en el que usted lee esto, campeón de Liga, hexacampeón de la Europa League, pentacampeón del Campeonato de España, supercampeón de Europa y supercampeón de España, ostentando la supremacía del fútbol andaluz antes de la puesta en marcha de la Liga en 1928 a años luz del siguiente con 18 títulos de 21 disputados y, después, absolutamente nadie nos superó ni en títulos, ni en ningún registro estadístico positivo que se precie. El Sevilla FC es el eterno campeón de Andalucía, aunque otros se empeñen en minimizarlo.
