Baja a defender el córner. No es defensa pero se esfuerza en ello. El balón llega a su cabeza, la cual lo despeja como si no hubiese un mañana. La jugada sigue para él. Le cae el esférico. Tan solo tiene que correr con la fuerza que le transmiten miles de aficionados desde casa, los mismos que se levantan del sofá al verlo entrar a zona de remate. Los mismos que se quedan petrificados cuando Manuel Neuer para la iniciativa nervionense.
Youssef En-Nesyri era ese hombre. Y ahí pudo estar su final. Como en esas películas en las que el protagonista llega tarde y el villano vence tras un arduo recorrido para alcanzar el último de los escenarios. En cambio, este largometraje tuvo secuela. Como la de ‘El Padrino’, mucho mejor que la inicial. Al menos para los sevillistas.
‘El Dromedario’ podría haberse quedado anclado a aquella noche, pero en su lugar hizo gala de ese concepto tan manido con el que se llenan la boca coaches y monitores espirituales: resiliencia. El marroquí cogió aquellas fuerzas negativas para transformarlas en motor de evolución, en golpe en la mesa.
De la noche a la mañana, un chico que no destaca por su técnica, empezó a relacionar su ímpetu con la pizarra y la táctica. Podríamos pararnos en sus estadísticas pero eso es tan fácil de encontrar como de teclear en Google. El paso hacia adelante viene más ligado a su relación con la pelota, en cantidad y calidad. Cada vez que recibe, previamente, ya tiene analizado su entorno para tomar decisiones. Ya no se tropieza con la pelota, juega en pocos toques.
Ese comportamiento ha dado oxígeno a un Sevilla que peca a veces de excesivo ritmo bajo y horizontalidad, aligerando transiciones, generando huecos y explotándolos. El efectivo con más goles de cabeza esta campaña en LaLiga domina muchas herramientas y llega mejor que está. Incluso a pesar de que sus características no casan del todo con el estilo planteado por Lopetegui, siendo el repliegue con contra el caldo de cultivo idóneo para el ex del Leganés.
La mariposa está saliendo de su crisálida, pero no descartemos que siga volviendo a ella para crecer en su juventud, para que domine más registros y haga de las delicias de su público a la vuelta de los aficionados a los estadios.
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