Comprendo que mi visión de las cosas puede disgustar, pero describo la situación tal como la percibo y cimentada en las varias décadas, seis exactamente, que acudo regularmente al RSP a ver a nuestro Sevilla. Sin duda, en éste foro, haría falta alguien que escribiese con una perspectiva diferente y que insuflase optimismo, pero no es mi caso, y no hay ninguna intención de inocular desánimo ni ser agorero, que hay periodistas que se tienen por sevillistas que si lo hacen.
Antes que nada deseo explicar que posiblemente en mi anterior colaboración (“Carta abierta al Consejo de Administración del SFC”) no quedó claro el asunto de la protección del mosaico de Santiago del Campo. Quiero dejar perfectamente nítido que ninguna responsabilidad de que tan magnífica obra no esté aún declarada BIC debe achacarse al Departamento de Historia del club tan bien dirigido por Carlos Romero y Pedro Sendra. Es la única área de la entidad que se salva de cualquier atisbo de crítica.
Explicado esto, vamos al núcleo de las cosas. Parón gracias al bodrio de mundial (no he visto ni los resúmenes de ningún partido). Un evento que se va convirtiendo en algo parecido a Eurovisión, solo para “frikies” prestos a ponerse ante el receptor de TV para babear con los ídolos que quienes viven del fútbol encumbran para, llegado el momento, despeñarlos. Al SFC dicen que le viene de lujo, y mientras las dos facciones que se disputan el control de la sociedad afilan sus cuchillos visitando peñas y haciendo actos de propaganda vendiendo cada cual su burra, el abonado, el socio, el accionista y el peñista (¡qué grande es el Sevilla!) se debate en un océano de incertidumbres.
La facción aún en el control de la institución, reconoce los errores cometidos y pide perdón a la afición (abonados, socios, accionistas y peñistas – no me cansaré nunca de reiterar quiénes somos para que se entienda la magnitud de éste club en la ciudad y en su historia). ¿Perdón? No es suficiente, quienes han puesto al Sevilla al borde de la 2ª División, ahora Liga Smartbank, están obligados a explicar algo más. No vale decir: “perdón, lo sentimos, prometemos rectificar”, aclárense las causas de tan desastrosa planificación con la máxima concreción: Lopetegui y todas sus derivaciones, situación económica real, mantenimiento en plantilla de buenos profesionales pero claramente pasados de edad con el agravante de la incorporación de Isco, el fracaso económico de haber arriesgado en apostar por el título de liga sabiendo de la imposibilidad de ello por culpa de quienes manejan el fútbol español desde sus instituciones y desde la sombra, en fin, muchas cosas.
Quien está en la oposición que no venga ahora dando lecciones de buena gestión económica porque cuando estaba en el poder se le llenaba la boca con frases como que “quien no arriesga no gana”. Un poco de memoria.
Y mientras van y vienen los “macutazos” sobre fichajes y salidas la realidad se cierne inexorable. El sorteo de Copa del Rey lleva al equipo a jugar en uno de los campos donde más se nos quiere, La Rosaleda de Málaga. Cinco años ya que el SFC no pisa dicho estadio y resulta que el “caprichoso” sorteo nos empareja con el Juventud de Torremolinos, que es como decir Dos Hermanas respecto a Sevilla. Club de 2ª RFEF que por obra y gracia de la TV no puede disputar la eliminatoria en su campo de El Pozuelo. Podría haberse elegido el municipal “Antonio Lorenzo Cuevas” marbellí (en obras al parecer) o “El Maulí” antequerano, pero no, nos llevan allí donde el “Frente Boquerón” y los “Malaca” pueden “expresarse”, tras un lustro, a su antojo. Sólo hay ya que oír al entrenador del club de la capital provincial: “soy del Torremolinos desde chiquitito” ¿nadie le ha aclarado que su nombre es el Juventud? ¿Ninguno preguntó si los colores del Juventud tienen que ver en semejante declaración de fidelidad? Como en otro lugar en la misma Sevilla, parece que en la ciudad costasoleña la animadversión a cualquier cosa que provenga del decano de la capital de Andalucía va implícita en los contratos. Habrá sevillistas que vean mejor un campo con medidas más reglamentarias que las de “El Pozuelo” y que las tres categorías de diferencia entre el SFC y el Juventud terminarán por imponerse. Yo veo el peligro de jugar en un campo altamente hostil, con una afición más pendiente de una debacle sevillista que del devenir del actual club de fútbol representativo de su ciudad, con el agravante de la situación del SFC ahora mismo. Nada se pierde si el Consejo decide no acudir a “La Rosaleda” alegando cualquier forma de inseguridad. Habrá quien piense que eso sería tirar la Copa, pues sí, y soy de los que creen que al equipo este año le sobran todas las competiciones excepto el Campeonato Nacional de Liga (CNL).
Y en el mismo, el CNL, el 30 de Diciembre a las 19´45 horas el equipo rinde visita al RC Celta de Vigo en su estadio Abanca Balaídos en la 15ª jornada. El partido será antes de cualquier remodelación de la actual plantilla, el equipo local nos lleva un punto en la tabla. No hace falta que diga que si el choque se salda con otra derrota el RC Celta se nos va ya a cuatro puntos. Mientras el equipo vigués, su plantilla y cuerpo técnico saben a lo que juegan y cuáles son sus rivales, como el Cádiz CF, el Getafe, el Real Valladolid, etc… mucho me temo que nuestro equipo no lo sabe, acudiremos al Abanca Balaídos con los mismos mimbres que nos han puesto 18º en la clasificación. Así es como yo lo veo.
Actualmente, gracias a quienes manipulan nuestro fútbol desde las instituciones (LFP y RFEF) y desde la sombra (reverendo e ilustrísimo “Padre Pérez”) para los clubs españoles menos los que integran el “tripolio” (RMCF, FCB y C.At. M.) estar en la LFP es un lujo. Escribo esto porque si finalmente la temporada acaba en un “segundazo”, Dios no lo quiera, el sevillismo debe saber que entidades históricas que no es necesario nombrar se debaten año tras año en un esfuerzo titánico para no salir de ésta categoría formada por la liga Santander y la Smartbank. Los hay quien ha jugado “Champions” y ahora malviven en 1ª RFEF.
Alguno pensará que exagero, puede ser, pero me avalan 60 años de asistencia ininterrumpida al RSP y un abono desde 1955. Llevo con orgullo el nº 37 y mi sorpresa es quien avanza tan raudo y veloz en antigüedad que ya presume de nº 80 siendo bastante más joven que quien escribe. En 2019 se me otorgó la placa de 50 años de “Fiel de Nervión”. Al mismo al que me refiero se le concedió la de 60 años. Misterios de los archivos y del envejecimiento.
Mi visión de las cosas, mi forma de ser, mi experiencia y un amor al club que no supera al de nadie pero que tampoco es menos que el de nadie. Saludos.
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