¿Recuerdan la película “El show de Truman”? ¿Y “Un mundo feliz”?
Hagamos un sencillo ejercicio matemático (yo soy de letras, advierto) y de imaginación: el Sevilla FC tiene unos 40.000 socios, redondeando en todos los conceptos y modalidades; imaginemos que los presupuestos del Club (alrededor 200 millones) se sustentaran solo con abonos. Una sencilla división da como resultado que cada carnet debería costar unos 5.000 € para sostener la economía sevillista.
Mi argumento es burdo y hay que echarle mucha imaginación, ciertamente, porque el club posee otras fuentes de ingresos y no son las menores. De hecho, el grueso llega por vías tales que: marketing, UEFA… y derechos televisivos. Sobre todos y a gran distancia, estos.
El Covid19 nos enclaustró más de un año pegándonos a las pantallas para poder soportar el placebo del fútbol de nuestro Equipo y aunque en éste impasse volviéramos a tocar plata, virtualmente para nosotros. El bicho, sin embargo, aceleró el sueño delirante de unos pocos y de otros muchos colaboradores necesarios: el fútbol moderno es la televisión. Goles, faltas, penaltis… en dos dimensiones y cámaras milimétricas que la HD, la Full HD o la Ultra HD solo maquillan de vivos colores y con el VAR para refrendarlo casi siempre pero… ¿quién vigila al vigilante?
El negocio/fútbol/negocio moderno asienta sus bases y su poderío económico en millones de aficionados del mundo mirando y pagando el plasma; en ésos derechos televisivos que se han apoderado de las cuentas de la inmensa mayoría de los clubes creando una dependencia letal, un chantaje insoportable que nos expolia, maneja, sacude y exprime sin solución de continuidad aunque nos parezca oxígeno. Se ha convertido en una droga de la que no podemos salir: “Hola, me llamo Fan y soy teledependiente”. Hay unos 7000 idiomas en el mundo y se puede traducir a todos con el mismo resultado. El futuro se me antoja aún peor porque no dejan de inventar nuevas formas delirantes de subordinación en su permanente huida hacia adelante, en su incesante búsqueda de dividendos a cualquier coste.
Unan a ello el modelo de Sociedades Anónimas “Deportivas” en que nos han sumergido y del que no pueden hurtarse por mucho que se les llene la boca de sentimientos (que seguramente tienen aunque ya de forma residual) porque cabeza, corazón y cartera caminan por sendas distintas y a mucha distancia. Caminos que muy raramente de cruzan. Y no se lo recuerdes que te sacan el “alma” y te pones a llorar con ellos, los abrazas, consuelas y los redimes entre lágrimas de solidaridad. Sufridores con penas y pan (mucho pan) obviamente. Miren el listado de presidentes de clubes y sus actividades principales y luego, amorosos presidentes.
Porque las televisiones son el anillo que los gobierna a todos para mayor gloria de sus cuantiosísimos beneficios:
-Nos dicen qué día (cuatro a distribuir según les convenga y con una intolerable e interesada falta de planificación) con la “sana” idea de que se juegue toda la semana; de que estemos pendientes de la pantalla sin solución de continuidad; de que nos organicen nuestras horas de ocio en función de su fiesta particular. Y ya, si eso, metemos jornadas inter semanales para que la aberrante Selección ejerza su insulsa tiranía, junto con las copas locales y europeas que “aprietan” nuestra atención al HD.
-Nos dicen a qué hora les conviene que juguemos en mañanas, medios días, tardes y noches a la carta y, el en obsoleto modo presencial, haga frío, diluvie o esté cayendo plomo fundido. Horarios delirantes en los que puedes cometer la imprudencia de llevar a tus peques a horas intempestivas. Los niños (en casa) son una inversión de futuro porque serán los televidentes del mañana. Todo calculado, todo previsto y estudiado y con perspectiva de largo plazo. Y por supuesto, las “prime time” tienen nombres y apellidos.
-Nos imponen un calendario “asimétrico”, pensado, articulado y definido para satisfacer las “necesidades” de dos o tres… y las televisiones. Cuadramos así un círculo en el que máximo dirigente (impuesto/votado) es la mano ejecutora, el mercenario que cambiará de amo según convenga, según quién pague más aunque deje un reguero de sangre en el camino. Les es útil.
-Vares, repeticiones miles aunque depende para quién y cómo sean las “interpretaciones” sesgadas que las acompañan.
Habrá quién me diga que el crecimiento exige ingresos abundantes y regulares y que solo se pueden obtener participando en Europa, quedando muy arriba en La Liga, ganando trofeos importantes… y con las televisiones. Cierto, pero el precio está siendo una hipoteca insoportable.
Y no, no echo de menos tener que leer lo acontecido fuera en la “Hoja del Lunes” porque aquello era nefando. Hoy, la “Hoja” famosa la confeccionan a saco los medios nacionales de prensa, radio y… televisión: portadas, varias páginas, minutos, imágenes para los elegidos y allí al fondo (a veces ni eso) y en un suspiro, los otros 17. Asco eterno.
Yo veo muchos partidos en televisión y no me tomo mi pastillita de SOMA.
Cuidaros.
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