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JOSÉ MANUEL ARIZA 10/06/2021

Dignitate

Saludos.

Del latín “dignĭtas”:

  1. f. Gravedad y decoro de las personas en la manera de comportarse.

Es la tercera acepción de “dignidad” que propone la Real Academia de la Lengua, la RAE. Es, también, una cualidad humana (que no sabemos bien lo que ocurre con los animales aunque a algunos les otorguemos dudosas condiciones humanas) que puede ser mostrada por personas sin importar su cultura, su procedencia social, sus estudios o carencias formativas.

La dignidad es, además, pariente íntima de principios como el honor, la honra, el orgullo… por pertenecer, de manera real o simbólica, a un grupo al que deberías dedicar respeto y esperar lo mismo de ellos. En épocas pasadas, la “fidelidad” alcanzaba hasta el hecho de morir antes que traicionar ésos principios por dignidad. En distintas mitologías, los héroes clásicos preferían sacrificarse para salvaguardarlos y hasta hace bien poco, los japoneses practicaban el harakiri (sacrificio ritual) antes que vivir con deshonor. El “pecado” de los cristianos tiene mucho que ver con esto aunque el concepto “redención” diste mucho de pretender matarse por ello.

Hemos visto a lo largo de la Historia muchos personajes, con impresionantes currículos, hacer las mayores barbaridades imaginables, indignas. Los seguimos viendo. Y los vemos también en todos los estratos sociales aunque los más llamativos sean los políticos, los militares o muchos empresarios porque sus acciones son, por la cantidad de afectados, las que más resalten. Y hemos visto a personas humildes, analfabetas incluso, mostrar niveles de dignidad gratificante.

¿Pero qué ocurre cuando aun siendo muy joven te conviertes en un personaje popular, famoso, rico… y no tienes el cerebro bien amueblado o poco formado? Un personaje que desean imitar miles de chavales de todo el mundo pero del que, desgraciadamente, solo conocen una de sus facetas como persona (la de jugador) y que a pesar de su indudable importancia, no se les alienta a contemplar el resto del individuo ni las circunstancias que rodean al ídolo.

Decía Edson Arantes do Nascimento, Pelé, que para ser el mejor del mundo hay que saber serlo dentro y fuera del campo. Y como todos conocemos bien a otro de los más grandes y que vistió nuestra camiseta (ya saben a quién me refiero) había diferencias abismales entre el in y el out. Éste distaba mucho de ser un ejemplo… vestido de calle aunque se le “consentía” porque con ropa de trabajo era sencillamente genial. También floreció antes de la cuenta y arrastró carencias sensibles toda su vida de ciudadano.

A estas alturas deben haber adivinado que me refiero a Sergio Ramos García y el pequeño “terremoto” que ha provocado la supuesta vuelta al Sevilla FC. La Plaza está dividida, muy dividida en la Ciudad Sevillista Dual por excelencia. Y lo es porque se “fabricó” aquí y nunca haya renunciado, de palabra, a su sevillismo y a pesar de que lo ha manifestado siempre, en el terreno de juego se comportó habitualmente de forma más que dudosa, sospechosa incluso. A veces hemos pensado que puede que sea el peor hijo posible de entre los muchos de la familia.

Es, o ha sido, unos de los centrales más completos del mundo; ha ganado todo lo ganable; ha amasado una fortuna considerable y es, como decía arriba, ídolo para muchos niños y niñas… pero a diferencia de los otros dos que nombro, sus comportamientos dentro del campo distan mucho de ser ejemplares. Claro que se le “consienten” porque milita (o militaba) en el Real Madrid y a pesar de ello (que es mucho pesar) ostenta el record de jugador más expulsado de La Liga: desproporcionadamente violento en muchas ocasiones, a pesar de sus magníficas cualidades, con “entradas” peligrosas para la integridad física del oponente (que es, no lo olvidemos, un “compañero” de profesión con otros colores) con el “no pasará” llevado al extremo, por lo civil y por lo criminal; sucio, es sucio y aunque hemos conocido a otros muchos de calaña similar (en el amor y en la guerra todo vale y esto va de amores y belicismo) éste se erige en el rey absoluto; chulesco, es chulesco y provocador con agresividad manifiesta contra todo y contra todos los que osen cuestionar sus métodos… podría extenderme pero no contaría nada que no supiéramos ya de sobras.

En lo particular, sus desafíos contra el Sevilla están aquí incluidos: altanero, jactancioso, chuleta, farolero, valentón, perdonavidas, chulapo, pinturero, soberbio, rufián, sinvergüenza, granuja, fatuo, presumido y petulante. Puede que se me escape alguno más pero me he despachado a gusto.

Los continuos gestos a la Grada sevillista, la de “SU” Equipo del alma…

Termino. Habrán supuesto, con razón, el cariño que le profeso y la ilusión que me produce su posible vuelta. Y observo perplejo la campaña de “blanqueado” en la que muchos sevillistas están participando. Mi no entender pero soy torpe de nacimiento, lo siento.

Cuidaros.

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