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JULIÁN MUÑOZ 02/03/2021

El cisne rojo

Durante las últimas semanas, en los medios de comunicación, tanto locales como nacionales, en las redes sociales y en las charlas de bar, ha surgido insistentemente la pregunta de si el Sevilla F.C. podría considerarse seriamente un aspirante a hacerse con el título de Liga.

Al reflexionar sobre esta cuestión, parto de la base de que ni los lectores ni yo somos objetivos al respecto y que para responder al interrogante debemos intentar separar nuestros deseos de la realidad, si es que eso es posible. La derrota en casa contra el Barcelona, aunque bien pudo haber terminado en empate, es un baño de realidad, pero no es la última palabra.

Lo primero que se me viene a la cabeza es que el fútbol, ahora más que nunca en su historia, es un negocio. Seamos francos, para ti, lector y para mí, es un sentimiento, un estado de ánimo, una fe… llamémosle como quiera. Pero la economía mueve el mundo, y desde el punto de vista económico nosotros somos consumidores de un espectáculo que mueve miles de millones de euros. En la pasada temporada y en esta, hemos podido comprobar cómo el fútbol es un espectáculo que es capaz de continuar haciendo negocio incluso si los aficionados no pueden asistir a verlo en directo, porque los ingresos por abonos y entradas solamente son un porcentaje relativamente menor del dinero que se genera.

Un estudio de la consultora Price Waterhouse Coopers, recogido por La Vanguardia, indicaba que ya en la temporada 2016/17, la industria del fútbol profesional generaba en España un volumen de ingresos de 15.688 millones de euros, lo que suponía el 1,37% del PIB del país. Además, la actividad de los clubes profesionales españoles de Primera y Segunda División daba trabajo, directa e indirectamente, a 185.000 personas.

Como en cualquier industria o negocio, no podemos pensar que el presupuesto anual de un club, no afecta a su resultado deportivo. Es una obviedad que, aunque no existe una relación directamente proporcional, a mayor presupuesto, mayores probabilidades de conseguir títulos y esto es especialmente cierto en una competición donde no prima la sorpresa y la épica sino la regularidad, como ocurre en la competición liguera.

En las competiciones con eliminatorias, es más fácil que un club con un presupuesto medio-alto, como es el del Sevilla a nivel mundial, pueda eliminar a doble partido, y más si es a partido único, a rivales con mayor presupuesto, y ahí tenemos de muestra las Europa Leagues y las Copas del Rey que el Sevilla ha conseguido en los últimos quince años. ¡Cuidado! que obtener uno de esos títulos ya es muy difícil, pero conseguir todos los que ha logrado el Sevilla va en contra de cualquier probabilidad y es de un mérito tremendo, casi increíble, aunque estarán conmigo en que una competición como la Liga, donde prima la regularidad, es harina de otro costal.

El negocio que a nivel internacional generan Madrid y Barcelona, implica desde a las televisiones chinas y del medio oriente, hasta la venta de merchandising en todos los rincones del mundo. Hace unos años hice un viaje a Israel y Palestina, y me llamó poderosamente la atención como en las ciudades palestinas casi todos los balcones tenían dos cosas: una antena parabólica y una bandera del Barcelona o del Madrid. Si les preguntabas a los ciudadanos, te contaban las auténticas broncas que tenían entre ellos cuando discutían sobre estos clubes. Los coches y autobuses llevaban banderines y los niños jugaban en las calles con camisetas de esos equipos, si bien muchas de ellas dejaban serias dudas sobre si era merchandising oficial.

Otro ejemplo lo tenemos en la prensa deportiva nacional. Aunque Madrid y Barcelona estuvieran en mitad de la tabla, el tiempo dedicado por estos medios a estos equipos, junto con el Atlético de Madrid, será mucho mayor que al resto de equipos. Cuando en esta Liga esos equipos empezaron mal, los medios les dedicaban más tiempo a unas declaraciones de Dembelé o a una reacción de Zidane que a que el Granada o la Real Sociedad pudieran liderar la Liga.

Si el Sevilla quiere ganar Ligas y Champions, no se enfrenta solamente a unos jugadores rivales más o menos inspirados y más o menos peloteros, sino a todo ese negocio. No podemos ser tan ingenuos de pensar que con los millones que mueven esos clubes no hay intereses creados. Y no me refiero a intereses ilícitos, que ignoro francamente si existen.

No es nueva la diatriba sobre hasta qué punto hay una correlación entre los millones de presupuesto de un club y su posición en la tabla clasificatoria. Hay opiniones sobre todos los gustos, pero los datos muestran que, en general, y a lo largo del tiempo, los clubes que tienen más presupuesto son los que consiguen más Ligas. Ninguna sorpresa, claro.

Veamos por ejemplo la temporada pasada. Aunque soy consciente de que es un análisis estadísticamente simplista, el siguiente cuadro muestra la relación entre presupuesto y puntos obtenidos al final de la competición.

En el eje horizontal (X) tenemos el presupuesto de los clubes y en el vertical (Y) los puntos obtenidos. Los puntos azules equivalen a la situación de los clubes en ambas variables en dicha temporada. El punto rojo representa al Sevilla F.C. He trazado una recta de regresión que corresponde a la recta que mejor se ajusta a la nube de puntos y que correspondería a la predicción de cuántos puntos debería haber obtenido cada club en base al presupuesto si existiera una relación directa y lineal. El coeficiente de correlación estadística entre presupuesto y puntos obtenidos es de casi 0,8. Podemos decir que el coeficiente de correlación indica la fuerza y la dirección de la relación lineal entre dos variables continuas y que tiene un máximo de 1. Por tanto, la relación entre presupuesto y puntos obtenidos o clasificación en la Liga es altísima, lo que no resulta para nadie sorprendente.

Vemos que el Sevilla es el equipo que más puntos obtuvo por encima de los previsibles en base a su presupuesto, igualando al At. Madrid que tenía un presupuesto de más del triple que el Sevilla. No obstante, la diferencia entre los tres primeros clubes en cuanto a presupuesto y el resto es lo suficientemente grande como para que estadísticamente sea muy poco probable que pueda ganar la Liga un equipo que no esté entre esos tres.

Por supuesto que la correlación sea alta, que el fútbol sea un negocio y que la estadística no juegue a nuestro favor, no implica en absoluto que el Sevilla no pueda dar la sorpresa, sino simplemente que lograrlo sería realmente excepcional.

Hay una situación que favorece al Sevilla en esta temporada y que es debida a la buena gestión que las últimas directivas han hecho económicamente de las arcas del club. Debido a la situación de crisis sanitaria en que nos encontramos y a la no tan buena gestión económica realizada en otros clubes, las diferencias presupuestarias con respecto a Madrid, Barcelona y At. Madrid se han reducido sustancialmente.

El siguiente cuadro muestra datos presupuestarios tomados del diario AS.

El cuadro superior muestra los presupuestos en Millones de Euros de los clubes en la temporada anterior y la actual. Solamente aparecen los clubes con mayor presupuesto en la Liga española. A la derecha aparecen los porcentajes de decremento o aumento de los presupuestos entre esas dos temporadas para cada club. Un pequeño paréntesis, aunque generalmente los incrementos se indican en verde y los decrementos en rojo, me he permitido intercambiar los colores ¡por obvia preferencia personal!

Si la temporada pasada el presupuesto del Sevilla era menos de una quinta parte del del Barcelona, esta temporada es de casi un tercio. En el cuadro de abajo pueden ver los porcentajes que el presupuesto del Sevilla supone respecto al presupuesto de los tres clubes de la parte alta de la tabla en las dos últimas temporadas.

De estos datos concluyo que la mejor política es la que está siguiendo el Sevilla F.C. Ir paso a paso aumentando su presupuesto en base a una buena gestión económica y fichar inteligentemente para acercarnos poco a poco a los clubes que encabezan la Liga. Sin pausa pero sin prisa, en la misma línea en que lo vienen haciendo las directivas y la dirección deportiva en los últimos años. Acercándonos cada vez más en presupuesto y en valor de mercado de los jugadores a los equipos de arriba. De esta forma, puede que no ganemos esta Liga, pero indudablemente cada vez estaremos más cerca, hasta que lo consigamos. Esta es la forma. Hace poco más de quince años nadie se hacía la pregunta de si el Sevilla era claro candidato al título de Liga. En los últimos años, cada vez se escucha más esa pregunta. Y eso es para estar muy orgullosos.

Me gustaría terminar con un concepto estadístico del ensayista bestseller Nassim Taleb: el de cisne negro. En la antigüedad se consideraba que todos los cisnes eran blancos, porque todos los cisnes que se habían visto jamás tenían las plumas blancas. En ese contexto, un cisne negro era inverosímil, o por lo menos inexistente, y se utilizaba la expresión cisne negro como metáfora de lo imposible. Esto fue así hasta que en 1.697 una expedición holandesa a Australia encontró la especie Cygnus Atratus, desconocida en Occidente hasta entonces y que aparece en la imagen que acompaña a este texto (tomada de Wikipedia) y que como ven, no es más que un cisne negro.

Taleb llama así cisne negro a un suceso imprevisto hasta el momento en el ocurre, con el que nadie contaba y que supone un gran impacto. En historia, sucesos de este tipo serían el 11-S o la pandemia de covid, hechos que casi nadie esperaba, pero que ocurren y suponen un giro en el devenir de la historia.

Taleb afirmaba al respecto en el New York Times: “Lo que […] llamamos un «cisne negro» es un suceso con los tres atributos siguientes: En primer lugar, es un caso atípico, ya que se encuentra fuera del ámbito de las expectativas regulares, porque no hay nada en el pasado que puede apuntar de manera convincente a su posibilidad. En segundo lugar, conlleva a un impacto extremo. En tercer lugar, a pesar de su condición de rareza, la naturaleza humana nos hace inventar explicaciones de su presencia después de los hechos.

[…] Una pequeña cantidad de «cisnes negros» explica casi todo en nuestro mundo, desde el éxito de las ideas y las religiones, a la dinámica de los acontecimientos históricos, hasta los elementos de nuestra vida personal”.

Que el Sevilla ganara esta Liga sería, aún, en el ámbito deportivo un cisne negro, o permítanme la expresión, un “cisne rojo”, pero ¿no es acaso un cisne negro el hecho de que un equipo en poco más de quince años gane 6 Europa Leagues, 2 (y pronto 3) Copas del Rey, 1 Supercopa de España y 1 Supercopa de Europa? No creo que haya precedentes como este en el fútbol mundial y tan mantenido en el tiempo, por lo que, si un equipo tiene derecho a soñar, en contra de las probabilidades, ese es el Sevilla F.C.

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