El SFC pasó con más pena que gloria la 3ª ronda de la edición 2020-21 de la Copa de SM el Rey ante el bien plantado equipo de nuestro querido y admirado Pep Martí. Soy resultadista, lo confieso, deseo ante todo que el equipo gane siempre, aunque sea de penalti injusto en el minuto 96. Respiré hondo cuando González Fuertes, D. Pablo (del mismo Colegio Asturiano que Muñiz Fernández aunque van a distinto peluquero y que Manuel E. Mejuto González), dio el pitido final. Respiré hondo porque no termino de acostumbrarme al juego de “ruleta rusa” que nos presenta Lopetegui jornada tras jornada en las distintas competiciones que el club afronta. Los números lo avalan, pero la parquedad del marcador aun siendo favorable nos va a causar a más de uno problemas cardíacos. Ganar la UEL con resultados ajustados es percibida de forma diferente a hacerlo contra un segunda en Copa o contra un humilde de 1ª en el CNL.
Que el fútbol practicado es plano y provoca igual impresión si se juega contra un 3ª División que contra un “team top” europeo para mí es un hecho. No sé si es el sistema o que algunos jugadores no se adecuan al mismo lo suficiente. Tampoco me atrevo a pronunciarme sobre posibles escalones entre la 2ª línea, o plan B, y la primera. Lopetegui hubo de sacar a los más habituales para evitar la “ruleta rusa” mayor de la habitual que hubiesen sido los penaltis. Pero como he escrito arriba, para mí lo importante era ganar, y se logró. En la prórroga sí, gracias a una genialidad de Oliver Torres y a una impecable definición de Ocampos, pero igualmente válida. La calidad manda en choques igualados. Y se logró ante un club y equipo puntero de la Liga Smartbank que hasta Julio de 2020 ha militado en la Liga Santander.
Durante la reglamentaria prórroga, una mano de Diego Carlos dentro del área pudo haber sido castigada con pena máxima y en tal caso lo más probable es que hubiésemos ido a la “ruleta rusa”, insisto, de los penaltis. Como no había VAR y González Fuertes no la vio o no la apreció como voluntaria, de eso nos libramos. Tal vez haya que advertir a Diego Carlos sobre los demasiados penaltis que hace, pero ese es otro análisis.
La reacción de los profesionales del CD. Leganés y las declaraciones al respecto de Pep Martí a preguntas de los informadores locales ante la jugada en cuestión son lógicas. Normal, sólo hasta cierto punto ya que son de tirada nacional, que ciertos medios especialistas capitalinos intenten resaltarla, pero no entiendo la inquina de algún sector de la prensa sevillana en machacar sobre ella. Por más que he buscado, en ningún resumen del partido hecho en distintos foros he visto la jugada en movimiento, no puedo sacar ninguna conclusión, solo lo que he escrito arriba: que, dada la ausencia de VAR González Fuertes no la vio, o lo más probable, que no apreciara acción punible.
Verdad es que, en la mayoría de las secciones deportivas de los diarios generalistas y específicos del deporte de la ciudad, la acción se describe sin más. Solo en uno se la destaca en letra negrita intencionadamente. Y en esto me quiero detener.
Existen el derecho a la información y libertad de expresión, indiscutiblemente, aunque hay “plumillas” que se amparan en ellos para crear mala fama y dar rienda suelta a sus atávicos odios y profundas frustraciones deportivas. El SFC suele ser objetivo de estos, cualquier cosa les vale para desgastarlo. Se presupone la objetividad en el periodismo, pero ésta solo alcanza el carácter de valor cuando se realiza siempre, no cuando interesa o forzada por circunstancias recientes, como ha ocurrido después en otro choque copero en Asturias. Quien “twiteó” escandalosamente la mano de Diego Carlos (solo en una fotografía y no con secuencia completa) se ha visto luego obligado a lo mismo, tal vez por el escaso tiempo transcurrido y por la mayor espectacularidad de los lances en “El Molinón”. Eso no vale. Si el medio en el que el “twiteador” trabaja hubiese hecho lo mismo en la “Vieja Condomina” durante la 1ª eliminatoria de esta misma competición en la que el “referee” catalán Medié Jiménez no quiso saber nada de un balón que… ¿pudo rebasar?… al completo la línea de gol de poste a poste a favor del UCAM y no hubiese callado como las coquetas y clásicas gallinas en Cuaresma, el citado medio y el periodista en cuestión tendrían credibilidad.
Odio entrar en comparaciones y en el… “y tú más”. El sevillismo hace tiempo superó ya tales provincianismos. No voy contra la legalidad o no de los triunfos y éxitos de otros, sino contra quienes presumen de objetividad solo cuando el SFC está por medio y se le puede atacar. No soy un entusiasta del VAR porque está claro que no ha terminado con las polémicas. Su trampa está en cuándo actúa o no, está en los distintos criterios de los diferentes equipos arbitrales, está en qué competiciones se usa y en cuáles no, y también está en qué fases de un mismo torneo es utilizable. Todo un despropósito en este lío de unas competiciones sin público pero en otras si, de partidos aplazados, de otros que son de la 2ª vuelta cuando aún no ha terminado la 1ª, de supercopas que se juegan antes de la final del año anterior, de calendarios asimétricos y de grupos y sub-grupos. Y además, el VAR, no ha aplacado tampoco la costumbre de quienes se empeñan en etiquetar a los clubs de fútbol en simpáticos y antipáticos interpretando a su antojo las jugadas que deben ser analizadas y las que no.
Que el SFC jugó un partido mediocre contra el CD. Leganés, cierto. Que una jugada interpretable al final de la prórroga pudo beneficiar al SFC, cierto. Que no se debió llegar a tal situación, cierto. Que el juego del equipo es horizontal, previsible y plano que se traduce en resultados ajustados y no invita al optimismo, cierto. Que el entrenador cansa con tal exceso de juegos florales con los rivales, cierto. Pero tan cierto como que hay una excepcionalidad histórica que provoca que desde Junio la plantilla esté casi sin parar, y a pesar de ello va bien situada en el CNL 2020-21 para alcanzar el objetivo final con un partido menos y que está en 1/8 de final de la Copa de SM el Rey y de Champions. Y todo ello a puntito de CUMPLIR 131 AÑOS DE HISTORIA DEMOSTRADOS porque el club lleva lustros profesionalmente estudiando su pasado mientras que quienes lo rechazan empiezan ahora. Así que, como escribo siempre, a quien le escueza, polvitos de talco en los ángulos inguinales.
Y a ciertos informadores, les recomiendo que no se lancen a la piscina del VAR tan rápido, porque con ésta herramienta y con su “libre albedrío”, lo que hoy es criticable, en muy poco tiempo puede ser lo contrario.
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