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La polémica del 130 Aniversario

Hace ya mucho, un amigo sevillista me dijo, con ocasión de pasadas diatribas con el eterno rival urbano, que en esas guerras el SFC nada tenía que ganar y mucho que perder. Tal aseveración viene ahora como anillo al dedo a raíz de la furibunda reacción de la alcaldesa de Minas de Riotinto ante el acto celebrado en Tablada el Viernes 6-11-20 y respaldado, como era de esperar, no faltaría más entre correligionarios políticos y nacidos en la misma localidad, por el actual regidor del Ayuntamiento de Huelva.

Antes que nada, humildemente, recomiendo a la Sra. alcaldesa de la ciudad minera que cuando el Ayuntamiento que representa haga algún escrito vigile su redacción, porque la soflama dirigida al presidente del SFC, en términos de corrección literaria y ortográfica, deja mucho que desear y es impropia de su población, y más cuando se ha presentado en todos los medios.

Deseo aclarar a las instituciones y clubs agraviados, que el SFC es una entidad privada, orientada principalmente, desde sus inicios, a la práctica del fútbol y lograr éxitos deportivos en este deporte y no en otras disciplinas deportivas o de vida social. Hecho a sí mismo, el SFC nunca ha implorado, ni en sus peores momentos, ayuda institucional, municipal, autonómica, o estatal. No juega en estadio municipal, tiene su propio patrimonio conseguido solo con el esfuerzo y el dinero de los suyos sin nada que deberle a ninguna institución política. Es el 6º club de España en el “ranking” histórico de la liga española, es la entidad andaluza que en fútbol más títulos ha conseguido y sus abonados somos fieles al lema de sevillistas en Sevilla, sevillanos en Andalucía, andaluces en España y españoles en el Mundo. Nuestros éxitos los tenemos que celebrar con sordina, casi disculpándonos, a pesar de brindárselos reiteradamente, diez veces en los últimos 15 años, a Andalucía. Esa es su verdadera historia, y no la que fabrican otros.

El SFC nunca ha usado ningún calificativo ni delante ni detrás de su nombre principal, ni para dar lustre a la entidad, ni como reclamo ante una posible escasez de abonados o de triunfos y solo cambió de nombre una vez por imposición política. En una región como la nuestra, en la que más de un club se arroga la antigüedad que le place tomando como origen la más antigua de entidades desaparecidas, frecuentemente con nula relación con las actuales, sin que nadie replique, es justo recordar este dato cuando se afea y acusa al SFC nada menos de falsear, faltar al respeto y usurpar la historia de los demás.

El club ha logrado un alto grado de profesionalización a todos sus niveles, y entre ellos está su propia Área de Historia. Con muchísimas dificultades y pocos medios, porque a pesar de lo que comúnmente se cree fuera, el SFC no es una institución rica, las pocas personas que en dicha área trabajan son especialistas titulados. Han demostrado que en 1890 en la antigua dehesa de Tablada se jugó un partido entre dos clubs, uno era el SFC y el otro el Huelva Recreation Club. Da igual que en la prensa onubense o en otros documentos en los meses posteriores a marzo de 1890 llamasen al SFC el “Club Inglés de Sevilla”. Fue un partido registrado en la prensa británica desde Escocia (Dundee, The Dundee Courier and Argus) hasta Nueva Zelanda (Dunedin, The Otago Witness) pasando por Inglaterra (Londres, The Field) en 1890 y 1891 en los que claro y diáfano se escribe el nombre de SEVILLA FOOTBALL CLUB. Un partido reglamentado, no una exhibición de colonialistas británicos del 1870 ante depauperados y explotados obreros españoles.

Escrito esto, nadie entre el sevillismo discute la primacía en el fútbol nacional del actual Real Club Recreativo de Huelva ni de ningún otro club de su provincia, a pesar de sus cambios de nombre.

Recurso fácil es preguntar a los regidores de las dos ciudades onubenses si no tienen cosas más importantes de las que ocuparse, y preocuparse, que de crear polémicas artificiales y absurdas. Pero en un plano estrictamente deportivo creo que si el desproporcionado celo puesto en este asunto lo pusieran los dos ayuntamientos desairados por tan inocuo y modesto acto en Tablada (que en nada perjudica su existencia ni su historia) en conseguir que sus ciudadanos renueven el abono anual en cualquier circunstancia y coyuntura, y pueblen jornada tras jornada en la categoría que fuere las gradas del Nuevo Colombino o del Cuna del Fútbol Español en lugar de abandonarlo para ver al FC Barcelona o Real Madrid por TV, ni el RCR Huelva ni el Riotinto Balompié estarían en la situación que están.

La cantinela del apoderamiento por parte del SFC de símbolos y de historia no es nueva, ya la conocemos los sevillistas, y además no es la primera vez que algún alcalde o alcaldesa nos han soltado los perros por motivos igual de fútiles que este. Aprovechando el acto en Tablada, alguien ha agitado otra vez el árbol del anti-sevillismo y ha movido una de sus tres ramas, en este caso, la de la Andalucía anti-sevillana. Otra rama permanece oculta, que es la que difama, y la tercera, que es donde se reparten los carnets de clubs y aficiones simpáticos, pues a lo suyo divulgando solo lo que le parece. En este sentido, la información al respecto que aparece en un diario deportivo nacional, usa como soporte gráfico una placa inaugurada ya hace 10 años confundiéndola con el modesto monumento conmemorativo inaugurado el viernes. Por favor, un poco de rigor y contraste a los supervisores de este medio y reconvengan algo al informador.

La historia de siempre, la de ricos y pobres, la de buenos y malos y la de opresores y oprimidos. Más vale caer simpático que ser gracioso dice el viejo refrán. La gente cree no la verdad, sino lo que le gustaría que fuese verdad. Y según este razonamiento, el SFC no puede quitarse el injusto sambenito que le colgaron hace muchísimo tiempo. Haga lo que haga el SFC, nunca será bastante para mejorar su fama.

Jamás el SFC ha faltado, ni faltará al respeto a ningún club o ciudad, a pesar de que cuando toca visitar rivales próximos se le recibe con hostilidad y de que cuando vienen Real Madrid y FC Barcelona, aficionados de ciudades y provincias próximas acuden a Sevilla a ver si humillan al SFC. Animo a nuestro presidente a que no entre en ninguna polémica.  Al Ayto.  de Minas de Riotinto debe contestar él, porque a él va dirigida la exagerada reprimenda. Y en mi modesta opinión, la respuesta debe ser lo más correcta y amable posible pese al tono amenazante de la carta. La protesta del alcalde onubense, como no va dirigida con la misma concreción que la de su colega de su ciudad natal, debería ser atendida por el alcalde de nuestra ciudad, pero adivino que no estará para estas cosas.

La historia del SFC es la que es, guste o no, ni roba símbolos ni fama a nadie ni falsea la historia. Si hubo fútbol, de exhibición o reglamentado, en cualquier lugar de la provincia de Huelva desde 1870, exhorto a las ciudades y a los clubs afectados a que divulguen los documentos que tengan a mano como ha hecho el SFC. Si la RFEF media, y da como buena la versión onubense, pues el SFC la aceptará.

Y nada más. Desde Sevilla, y particularmente desde el SFC, se lamenta mucho la incomparecencia en el acto de los representantes municipales de Huelva y del RCR Huelva especialmente de Manuel Zambrano que tan buenas tardes de fútbol en tiempos de Manolo Cardo nos dio a todos los sevillistas. Y como escribo siempre, vamos a llevarnos bien, y cada mochuelo a su olivo.

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