Andábamos los sevillistas muy cariacontecidos por los últimos resultados de nuestro equipo del alma. Se debatía en las barras de bar y en las redes sociales si había que echar ya a Lopetegui o no, si fulanito debía jugar o no, si había que jugar con un punta o con dos….
Nos enfrentábamos este domingo al Getafe, equipo que está haciendo una grandísima temporada, que estaba dos puntos por encima del Sevilla FC, haciendo un juego muy efectivo y que era claro favorito en las apuestas.
Muy pocos esperaban un resultado favorable de este encuentro porque el pesimismo reinaba en el sevillismo. Pero hete aquí que, a pesar de todo ello, un grupo de irreductibles sevillistas, se desplazaron hasta Getafe para apoyar con sus gargantas al equipo. Tengo que hacer especial mención a mi amigo Joan, que con sus tres retoños se desplazó desde Barcelona para ver el partido.
Unos 600 sevillistas llenaron de colores blancos y rojos las gradas del Coliseum Alfonso Pérez, con sus bufandas, banderas y gargantas. Ellos pese a todo creyeron y se desplazaron desde distintos puntos de España para apoyar y levantar al equipo.
Eso es amor a unos colores, a una bandera, a un escudo.
Honor a los desplazados que en el peor momento de la temporada, como siempre estuvo donde el equipo los necesitaba. ¡Qué grandes sois, sevillistas!
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